Las relaciones exteriores post Haya y el rearme peruano

Ya conocido el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), han quedado de manifiesto por la propia Corte, la falta de fortaleza internacional por parte del Estado chileno a la hora de dejar fijados con fuerza los criterios de soberanía e intereses nacionales por sobre los intereses particulares o de sectores económicos nacionales e internacionales.
En la última semana del fallo pudimos observar el radical cambio de la política exterior e interior en materias de relaciones internacionales. La posibilidad de un desastre, abría una serie de flancos en el que el gobierno no poseía capacidad de contención si no fuera mostrando una señal de unidad con la oposición. Sin embargo, esta última no estaba dispuesta a asumir los costos de una derrota total, lo cual acentuaría lo erróneo de la política exterior chilena, particularmente el de las “cuerdas separadas”, criticada esta última por los propios militares, los cuales se vieron en una posición de obsolescencia que desechaba todo el proceso de modernización y adquisición tecnológica, en pro de los negocios de grupos de poder en el que se incluyen Sebastián Piñera y Alfredo Moreno. Con lo que se dejó de manifiesto la incapacidad del Ejecutivo de entender mínimamente de que las Fuerzas Armadas son parte de la capacidad negociadora internacional de los estados, misma capacidad que permite al Estado chileno mirar con desdén las reivindicaciones territoriales y marítimas bolivianas.

El rearme peruano

Perú entendió que su ofensiva internacional tanto jurídica, política, económica como comunicacional (incluyendo lobbistas como Julio Ligorría), debía estar acompañada de una capacidad militar acorde a sus intereses, de ahí el proceso de rearme peruano que se aceleró frente a la posibilidad de un conflicto tras el fallo de la CIJ. Como rememorando los mejores tiempos de la superioridad militar peruana gracias a Velasco Alvarado, el Estado peruano ha iniciado proyectos que en un plazo de entre 5 a 10 años, los pondrán en un nivel técnico muy superior al que se encuentran actualmente.
En esta dirección es que el Ministerio de Defensa del país del norte informó que ejecutó durante el 2013 el 96% de sus recursos, con un presupuesto total de US$2.900 millones, desembolsando para inversiones un monto de US$ 530 millones (89,1% del monto asignado). Con una proyección de incremento en sus recursos de un 13,38% hasta el año 2018, el Ministerio de Defensa del Perú espera llegar a dicho año con un presupuesto anual de US$ 5.500 millones.
Concordante con lo anterior, el Perú ya ha informado la compra de 20 aviones de entrenamiento KT-1 bajo la modalidad de coproducción y venta; la firma para la producción de 2 buques multipropósitos con las empresas KOTRA y Daewoo International, los cuales derivan de la clase Makassar; 5 patrulleras de 500 toneladas a Corea del Sur, también bajo la modalidad de coproducción; 2 aviones C-27J Spartan junto con 24 helicópteros MI-171Sh; la actualización de sus aviones MIG 29 a su versión SMP; la reparación y modernización de sus SU-25, así como la oficialización de la oferta de aviones Eurofighter Typhoon por parte de España; la adquisición del lanzador múltiple MLRS 90B de Norinco; 36 vehículos HMMWV estadounidenses; 139.058 raciones de combate del tipo 24 horas; 121 vehículos especializados para ingeniería de combate y construcción; más de 8.000 fusiles de asalto Scar-L y 24 ametralladoras 0.50; reparación y modernización de los Helicópteros MI-25; armamento antitanque Panzerfaust 3T; radares 3D de la empresa Microwave Technologies, etc. Sin contar el armamento ya existente en el inventario peruano, así como lo no declarado y junto con la construcción de una base permanente en la Antártida.

En el plano diplomático el Perú ha firmado una serie de acuerdos en 2013, entre los que se destacan:

- El acuerdo de seguridad fronteriza y asesoría en construcción naval con Bolivia.
- El memorándum de entendimiento en materias de Defensa con Canadá.
- El memorándum de cooperación en el área de Defensa con Ecuador.
- La revisión de los acuerdos militares de cooperación con Argentina.
- El memorándum de entendimiento técnico militar en materia de la Defensa con Israel.
- El acuerdo de cooperación en seguridad interna con Francia.
- El acuerdo en el ámbito de la Defensa con Reino Unido.
- El acuerdo de cooperación técnico militar con Rusia.
- La apertura de una agregaduría de Defensa en Perú por parte de España.

Para concluir, podemos señalar que la política de las “cuerdas separadas” ha fenecido de la manera más indigna, por lo que es necesario mirar con atención el reordenamiento de nuestras relaciones exteriores. El Hito 1 es el próximo escenario de conflicto entre el Perú y Chile. Veremos cómo actúan las nuevas autoridades frente a esta nueva oportunidad de encausar el rumbo, y lograr que la diplomacia chilena se posicione desde los intereses del país, y no desde el provecho gerencial.

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